Comer menos y moverse más es una idea que no funciona para perder peso porque se basa en un mito de cómo nuestros cuerpos usan las calorías.
Tenemos dos hechos indiscutibles:
Hecho 1, en los últimos 20 años, los consejos convencionales para perder peso han sido “come menos y muévete más”.
Hecho 2, en los últimos 20 años, las tasas de obesidad han explotado.
La razón por la que comer menos y moverse más no funciona para perder peso es que se basa en una idea falsa acerca de cómo nuestros cuerpos usan las calorías. Hoy hablaremos sobre una de las teorías que existen sobre cómo funciona el cuerpo a la hora de movilizar los recursos y obtener energía.
EL MODELO DE SOLO UN COMPARTIMENTO
De acuerdo con este modelo, el cuerpo reduce todos los alimentos a calorías y almacena esas calorías para el funcionamiento del metabolismo basal y el ejercicio. Según este modelo, el exceso de calorías se guarda en el cuerpo y se puede acceder fácilmente a éstas si nuestro cuerpo requiere de más calorías como en el ejercicio, entendiendo que el ejercicio agotaría las calorías que se almacenan en exceso. Aquí, todas las calorías se tratan por igual. Si las calorías se almacenan como glucosa, se utilizarán para obtener energía inmediata como glucógeno, o si se almacenan como grasa, ésta se basa en un almacenamiento de energía a largo plazo. ¿Pero en realidad todo ocurre de esta manera? ¿O sólo nos estamos centrando en la idea de que el cuerpo es un modelo de dos compartimentos que almacenan energía de distinto modo?
¿Comer menos y moverse más es la clave?
¿QUÉ OCURRE CUANDO COMES MENOS Y TE MUEVES MÁS?
Cuando comemos, nuestro cuerpo obtiene energía de tres fuentes principales: glucosa (carbohidratos), grasa y proteína. Sólo la glucosa y la grasa se almacenan para su uso posterior. El cuerpo no puede almacenar proteínas, por lo que el exceso de proteína que no se puede usar de inmediato se convierte en glucosa que se almacena en el hígado como glucógeno. El problema es que la capacidad del hígado para almacenar glucógeno es limitada y cuando las reservas están llenas, el exceso de calorías debe almacenarse como grasa corporal.
La grasa por otro lado, se absorbe directamente en el torrente sanguíneo y la que no se utiliza se almacena como grasa corporal. Esta fue una de las razones por las que las dietas bajas en grasa se recomendaron hace unos años. Sin embargo, el destino de las calorías que se ingieren no son el principal factor del aumento de peso.
¿CÓMO SÉ CUANDO SE UTILIZAN EL GLUCÓGENO O LA GRASA?
Pensemos en el glucógeno como una nevera diseñada para el almacenamiento a corto plazo de alimentos, pero donde el espacio de almacenamiento está limitado.
La grasa corporal, por otro lado, es más como un congelador. Almacenamos la energía de los alimentos primero a partir del glucógeno y posteriormente como grasa corporal. Tanto la grasa corporal como el glucógeno se usan para obtener energía en ausencia de alimentos, pero no se usan de igual manera o al mismo tiempo a la misma intensidad.
El cuerpo, que es de recursos rápidos, prefiere usar glucógeno para obtener energía en lugar de grasa corporal. Es decir, mientras haya comida en la nevera, no buscamos nada en el congelador. En otras palabras, si necesitas 200 calorías de energía para salir a caminar, el cuerpo obtendrá esa energía del glucógeno que esté disponible y no se tomará la molestia de acceder a la grasa corporal.
De manera un poco sencilla, se entiende que no todo será reducir la cantidad de comida que comemos, sino que habrá que tener en cuenta muchos otros factores si queremos bajar de peso, como por ejemplo; el ejercicio, los horarios de las comidas, los pre y post entrenamientos, los ayunos… Todas las estrategias tienen un por qué, cada persona necesitará el suyo dependiendo del momento en el que se encuentre. Pero, por favor, cambiemos ese «come menos y muévete más» por come y muévete mejor.
NUTRICIÓN EN BILBAO PARA CAMBIAR LA IDEA DE COMER MENOS Y MOVERSE MÁS
Una correcta asesoría nutricional se centra en desmentir mitos y acompañarte en una correcta consecución de objetivos. Siempre y cuando dichos objetivos estén relacionados con el desarrollo de tu salud.